Hola, amigos. Soy Carlos Morán, el compañero de blog de don Emilio. Aquí os dejamos una pequeña entrevista que le hice al juez con los sueños como excusa. Salió este pasado domingo en IDEAL de Granada, mi periódico, y cerraba una sección veraniega en la que personas conocidas, o no, hablaban de los sueños. Esperamos que os guste. Es nuestra forma de clausurar un estío que todavía no ha acabado. La fotografía es del compañero Alfredo Aguilar y está tomada en el mismo centro de Granada, en Puerta Real.
-¿Usted sueña?
-Soñaba… Ahora ya no me acuerdo de lo que sueño, gracias a Dios.
-¿Por qué gracias a Dios?
-Porque casi siempre tenía pesadillas.
-Entonces ha salido ganando.
-Pues sí.
-¿Y sueña despierto?
-Tampoco, porque cuando he tenido sueños despierto no se han cumplido. Así que prefiero no soñar y vivir. He dejado de soñar y vivo.
-¿Qué le quita el sueño?
-Nada ni nadie. Afortunadamente, duermo muy bien. Ni siquiera cuando mi mujer estaba enferma tuve insomnio, pero, eso sí, dormía con un ojo abierto. Dormir es fundamental. Para estar bien tienes que dormir bien. Es una parte muy importante de la vida.
-¿Qué le produce sueño?
-El cansancio. Me gusta el cansancio sano, que es el que llega después de que te has pegado una buena paliza andando o nadando.
-¿Es capaz a aguantar despierto el discurso de un político?
-Los discursos de los políticos no producen sueño, sino aburrimiento.
-¿Practica la siesta?
-He pasado por varias fases con la siesta. Cuando era joven, no echaba la siesta, luego me pasé a la clásica de pijama y orinal y ahora hago siestas de no más de media hora en el sofá.
-¿Y recuerda lo que sueña durante sus siestas o tampoco?
-Tampoco recuerdo lo que sueño en las siestas. Y también doy gracias a Dios por ello.
-¿Cómo sería la justicia soñada?
-No existiría. Siempre lo digo: los jueces no impartimos justicia, aplicamos la ley. Es verdad que, a veces, se hace justicia, pero… La justicia soñada es una utopía. Ojalá pudiéramos administrar justicia.
-Pues aquí acaba este sueño de verano…
-¿Ya está?
-Sí, hay que despertarse.
-Pues muy bien.