Buenas, soy Emilio Calatayud. El otro día se me pasó felicitar a los hermanos de San Juan de Dios, una orden estrechamente ligada a Granada, por la concesión del Premio Princesa de Asturias. Fue una decisión muy acertada que sirve para recordarnos que hay personas, de organizaciones religiosas o no, que trabajan por los demás en todo el mundo. Cuando el ébola dejó de salir en los medios, los hermanos de San Juan de Dios siguieron luchando contra el ébola. Y cuando la crisis de los refugiados deje de interesar a los medios, habrá personas como los hermanos de San Juan de Dios que seguirán luchando por los refugiados. Esos son los imprescindibles.