Buenas, soy Emilio Calatayud. Tengo una amiga maestra que suele tratar con alumnos conflictivos, con los hijos del fracaso escolar que vuelven a clase para intentar sacarse un módulo de formación profesional que les permita ganarse la vida en el futuro. Pues bien, me cuenta esta amiga que el comportamiento de estos chicos mejora haciendo algo tan sencillo como llamarles por su nombre. Lo agradecen porque no están acostumbrados a ese trato. Son niños que no se sienten queridos… o que, directamente, no son queridos. A veces, es más sencillo de lo que parece sacar lo bueno de alguien. Basta con un poco de cariño.