Buenas, soy Emilio Calatayud. Los Reyes Magos ya están llamado a la puerta y, una vez más, debemos recurrir al decálogo para formar a un delincuente pero adaptado a las fiestas navideñas. En concreto, me referiré a dos ‘artículos’ del decálogo. Ahí va el primero: Sea generoso, que los Reyes traigan a sus hijos todo lo que pidan. Que no falte de ‘na’, no vayan a sospechar que hay que trabajar para ganarse la vida.
Y segundo mandamiento: Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle graves frustraciones.