Buenas, soy Emilio Calatayud. Lo he dicho más veces, pero nunca está de más repetirlo: cada vez hay más ‘niños bien’ con problemas mentales que delinquen y acaban en los módulos de salud mental de los centros de internamiento para menores infractores. El tópico del ‘gitanillo’ robagallinas ya forma parte del pasado. El paisaje en los centros es muy diferente a como era hace diez o doce años. Ya son casi mayoría los chicos de familias normalizadas, incluso pudientes, que acaban teniendo problemas mentales por el abuso de drogas como Internet o la marihuana -o ambas cosas a la vez-. Y el resultado de ese abuso siempre suele ser el mismo: agresiones a los padres.