Buenas, soy Emilio Calatayud. Al año nuevo, buena cara. Así que vamos a empezar 2016 con una historia bonita que nos demuestra que casi nada está perdido. Seguramente, no será nada raro y ocurrirá más de lo que nos pensamos, pero como no trasciende -las buenas noticias tienen eso, que parece que no interesan- pues es como si no existiera. El caso es que a un maestro, a un ‘profe de un instituto de aquí de Granada le ha llegado la hora de la jubilación y todos los alumnos del centro se han puesto de acuerdo para regalarle mucho cariño en forma de grabación audiovisual -los móviles también sirven para esto- y un jamón de pata negra que han pagado a escote. No sé que dirá el informe Pisa sobre detalles como este, pero para mí es buena educación.