Buenas, soy Emilio Calatayud. No quiero parecer nostálgico, pero antes, en mis tiempos, éramos más educados hasta para insultar. Como mucho, decíamos a la víctima: miedica, cuatro ojos y, cuando la cosa ya era muy grave: ‘Te juro por mi madre que como te acerques, te escupo’.
Hoy, en cambio, y hablo por mi experiencia en el juzgado, lo habitual son términos como guarra o puta, y de ahí para arriba. Existe una fijación con el sexo y las víctimas siempre suelen ser las chicas -eso sí, a la hora de insultar lo hacen tanto ellas como ellos-. En fin…