Buenas, soy Emilio Calatayud. Hace poco soñé que me quedaba sin trabajo. Estaba despierto, pero soñé que los padres, de vez en cuando, decían ‘no’ a los hijos’, y que los hijos no maltrataban a sus padres, y que ya no tenían que condenar a ningún niño a aprender a leer y escribir, y que el botellón había pasado a la historia, y que los políticos se habían puesto de acuerdo para hacer una ley de educación que iba a durar 30 años, y que el móvil había dejado de ser el regalo estrella de los Reyes y las comuniones, y que los niños volvían a jugar en las calles…
Soñé todo eso y, aunque me iba a quedar en paro o tendría que jubilarme, estaba contento.