Aquí os dejamos una noticia sobre móviles y menores que seguramente os interesará. Este caso es una excepción, pero las excepciones se están haciendo cada vez más habituales. En algo nos hemos equivocado. «La justicia acaba de condenar a ocho meses de internamiento en un correccional a un chaval que pateó y mordió a un policía nacional al sufrir un ataque de furia porque le habían quitado el móvil.
El suceso ocurrió en noviembre de 2015 en un centro de menores de Granada y el resultado pudo ser aún más aparatoso porque el ahora condenado no fue el único que se rebeló cuando le confiscaron el móvil. El castigo afectaba a varios chavales más y ninguno de ellos se lo tomó bien.
Todo empezó cuando los responsables del centro intentaban solucionar un incidente anterior. La tensión iba en aumento y los educadores requirieron la presencia de la Policía Nacional. Ya con los agentes presentes en el establecimiento de acogida de menores, los monitores obligaron a un nutrido grupo de jóvenes «a que hicieran entrega de sus teléfonos móviles» como escarmiento por su mal comportamiento. Fue entonces cuando se lió la trifulca. Nerviosos porque tenían que desprenderse de sus teléfonos, varios adolescentes increparon e intentaron agredir a una educadora, «y al tratar la Policía de impedir» el ataque, el menor que acabaría sentado en el banquillo de los acusados «respondió aún con más violencia, golpeando a los agentes y pateando y mordiendo» a uno de ellos»,