Buenas, soy Emilio Calatayud. El Viernes Santo actual se parece poco al de mi infancia. ¡Ojo, que no digo que aquel fuera mejor! De hecho, era muy triste, pero yo lo recuerdo con nostalgia. En casa, la radio o la ‘tele’, si la había, tenían que estar apagadas. Y los bares cerraban. Estábamos de luto.
Y el Domingo de Ramos, cuando empezaba la Semana Santa, siempre estrenábamos zapatos y calcetines blancos. ¡Cómo ha cambiado todo!
Descansad si podéis, que en eso estamos nosotros.