Buenas, soy Emilio Calatayud. Es verdad que los hijos adoptados son los hijos más queridos. Es algo que he aprendido a lo largo de mi carrera, pero, desgraciadamente, mi experiencia también me ha enseñado que, precisamente porque son los hijos más queridos, hay pocas cosas más dolorosas que el fracaso de una adopción. Cuando los hijos más deseados se rebelan, las familias quedan destrozadas. He juzgado a varios chavales adoptados por maltratar a sus padres y los he encerrado. Y los padres me han dado las gracias entre lágrimas. En algún caso los niños incluso tenían algún tipo de discapacidad, lo que daba más mérito si cabe a la decisión de sus padres de adoptarlos. Pero aún así la familia acabó destruida. Es duro, muy duro.