Hola, soy Carlos Morán, el compañero de blog de don Emilio. Hoy en IDEAL de papel, mi periódico, hemos publicado un amplio reportaje sobre los niños que delinquen pero que aún no tienen edad para ser juzgados, esto es, que todavía no han cumplido los catorce años. En Granada -pionera en tantos asuntos relacionados con los menores, algo a lo que no es en absoluto ajeno don Emilio- existe desde 2008 un servicio, impulsado por la asociación sin ánimo de lucro Ímeris y financiado por la Junta de Andalucía, que trata a niños que han cometido alguna infracción, pero que no pueden ser llevados ante la justicia porque no tienen catorce años. Los expertos del programa, que trabajan a domicilio -visitan las casas de las familias afectadas-, han acumulado a lo largo de estos ocho años de trabajo una amplia experiencia y han visto de todo, desde un niño de nueve años que ya maltrataba a sus padres, hasta progenitores exageradamente permisivos: «Hay padres que asumen con normalidad que una hija menor de edad esté tres días sin aparecer por casa. O que compran a sus hijos todo lo que les piden aunque no hayan aprobado ni una asignatura», comenta uno de los especialistas. No parecen conductas muy responsables, ¿verdad? Por eso tienen problemas. Y por eso necesitan ayuda.