Buenas, soy Emilio Calatayud. La justicia no es sólo aplicar leyes. Es algo bastante más complejo. Cuando se suscita este tema, yo siempre pongo como un ejemplo un caso que tuve que juzgar hace ya unos cuantos años. Una chaval había matado a tiros a su suegro y cuando indagamos, supimos que la víctima abusaba y violaba desde hacía años a su hija, es decir, a la mujer del homicida -la pareja era muy joven, ella tenía 14 años y él 16, por eso lo juzgamos en mi tribunal-. Cuando el chaval se enteró de lo que pasaba, acabó con la vida de su suegro. Lo condenamos, claro, y con dureza, pero ese chico nunca más ha vuelto a delinquir y lleva una vida absolutamente normal. Mató, pero no era un asesino. Eso sí, tenía una interpretación muy equivocada de lo que es la justicia, pero no era un asesino. Nadie debe tomarse la justicia por su mano y menos aún aplicar la pena de muerte a otro, un castigo que, afortunadamente, en España no existe, lo que hace que seamos un país más civilizado que otros. Pero también hay que pedir que Dios no nos mande más pruebas que las que podamos soportar…