Buenas, soy Emilio Calatayud. Gracias a la familia, a los padres y a los abuelos, muchas personas han podido sobrevivir a la crisis, pero eso no debe suponer que tengamos que recurrir a nuestros mayores para todo, porque resulta que ellos también tienen su vida. Viene esto a cuento de un comentario que escuché el otro día cuando estaba haciendo la compra en un supermercado. El que lo hizo era un hombre un poco mayor que yo y esta fue la frase: «Mi hija viene a casa cada fin de semana, me deja a los nietos y se lleva mi coche; es como si me pusiera un cepo, la trampa perfecta». Lo dijo con buen humor, pero tampoco es eso. No hay que abusar.
Los abuelos están para ‘malcriar’ a los nietos y no para educarlos: para eso están los padres. No seamos cómodos.