Buenas, soy Emilio Calatayud. Ya están aquí las comuniones y yo estoy rezando para que no me inviten a ninguna. La razón: no me llega para estar a la altura de los regalos que se hacen hoy en día. Hay familias que se gastan seis o siete mil euros en la comunión y, claro, los invitados han de contribuir para que recuperen la inversión. Es lo que se ha hecho siempre en España, no nos engañemos. Lo que pasa es que antes eso ocurría sólo con las bodas. Ahora con todo: comuniones, cumpleaños, el santo y yo qué se. Esto se nos está yendo de las manos me parece a mí. Un poquito de austeridad nunca viene mal.
Total, que como me inviten a una comunión voy a tener que pedir un crédito al banco. Antes te regalaban un anillico o un reloj, ahora un viaje a Eurodisney. Es el progreso. Si queréis también rezo para que no os inviten a vosotros, ja, ja, ja,