Buenas, soy Emilio Calatayud. Aquí en el blog seguimos celebrando el ‘Año Cervantes’ y no tenemos más remedio que preguntarnos por qué llamamos ‘low-cost’ a lo que es barato. ¿Qué tiene de malo la palabra barato? ¿Qué pasa, que queda más sofisticado decir ‘low-cost’ que barato? ¿Por qué? No lo entiendo. Lo que yo ya me estoy empezando a temer es que algo que es ‘low-cost’ es más caro que lo que sólo es barato y por eso se usa, para colarnos gato por liebre.
Es como lo de ‘fast food’ -comida rápida- que se usa para no decir ‘comida basura’. La lógica está clara: lo que es ‘fast food’ se puede comer, pero la ‘comida basura’ no, así que lo ponemos en inglés y ‘arreglao’.
Pronto la cambiarán el nombre a las ‘tapas granaínas’ y será para cobrarlas. Al tiempo.