Aquí os dejamos una noticia que creemos que os puede interesar, sobre todo, a los maestros y ‘seños’ y a los profesores y profesoras (Y también al alumnado, claro). El muchacho ahora tendrá que aprender a callarse y a respetar a la autoridad.
«Un juzgado de Menores de Granada ha condenado por un delito de atentando a un chaval de 17 años que mandó callar a su profesora en mitad de una clase. El adolescente, según él mismo admitió, abroncó y amenazó a la docente después de que ésta le reprendiera porque no dejaba de molestar. «Lejos» de obedecer, el chico se revolvió y gritó a la víctima «que quien se tenía que callar era ella», según detalla la sentencia, que fue de conformidad, es decir, que no fue necesario celebrar la vista oral del juicio porque el muchacho asumió su culpa.
Como quiera que la profesora decidió rellenar un parte para denunciar la conducta del menor ante la dirección del centro educativo, éste se encendió aún más y derribó su pupitre. Instantes después, se acercó con malas intenciones a la docente «y, poniendo su cara junto a la de ella», le espetó, «también gritando, que ‘supiese que no la había agredido ya porque era la profesora, que si no…’», recuerda la resolución judicial el desarrollo de los acontecimientos».