Buenas, soy Emilio Calatayud. La frase que encabeza este comentario es real. Y la persona que la pronunció no era una mala madre. Simplemente estaba harta y era su forma de desahogarse. Porque los padres también tenemos que vivir. No podemos focalizar absolutamente nuestras vidas en nuestros hijos. Porque al final se irán y nosotros tendremos que seguir construyendo nuestras vidas. Si tenemos la mala suerte de que los hijos nos salen conflictivos, hagamos todo lo que podamos por ellos: incluso denunciarlos. Pero si cumplen los 18 y no hemos logrado progresos, respetemos su libertad, aunque sea una mala libertad. Sé que suena duro, pero no podemos dejar que nos destruyan. No tienen ese derecho. Nadie lo tiene.