Buenas, soy Emilio Calatayud. Como a Carlos y a mí lo que más nos gusta hacer en verano es no hacer nada y luego descansar (y este está siendo un año especialmente latazo), habíamos pensado desconectar durante unos días, pero también es verdad que tenemos ya un cierto enganche con vosotros (¿nos estaremos haciendo adictos al Internet… Nos lo tenemos que hacer mirar), pues hemos tirado por la calle de en medio: no vamos a ser originales, pero un poco sí. En resumen, que vamos a ofreceros la adaptación veraniega en diez capítulos del decálogo para formar un delincuente. Esperamos que os sea útil y consigáis justo lo contrario de lo que propone el decálogo, porque si no estáis arreglaos. (De todas formas, puede que haya días que faltemos a la cita con el blog y el ‘Feisbú’, porque estamos un poco dispersos y tomando fuerzas).
Capítulo primero: Desde su más tierna infancia, dé a su hijo todo lo que le pida. Así crecerá convencido de que el mundo le pertenece. Y en verano, queridos padres, esforzaos doblemente, así, cuando lleguen septiembre y las clases, os ahora una bonita peineta y se quedará en la cama. Por supuesto, que el móvil esté siempre a su disposición, no vaya a ser que le entre un trauma al chiquillo en plenas vacaciones y os denuncie por maltrato psicológico.