Buenas, soy Emilio Calatayud. Más decálogo para formar delincuentes también en verano.
Capítulo 6
Déjele ver y leer todo lo que salga por el móvil o la tele (porque no creo que se les ocurra coger un libro). Que su cabeza se llene de basura, pero que los cubiertos con los que come estén limpios como los chorros del oro. Por supuesto, no hace falta que el niño se lave las manos o se ponga una camisa para comer después de venir de la playa o la piscina, que igual le da una lipotimia. Y si van a un restaurante, que deje el asiento bien mojado para que el que venga luego lo sienta fresquito.