Buenas, soy Emilio Calatayud. Supongo que a estas alturas todo el mundo conocerá el vídeo de esa madre que abronca a su niña cuando la sorprende viendo imágenes de contenido erótico con la aplicación Periscope. Dice la buena señora «ni Periscope ni hostias», y lo único que se me ocurre oponer es que aquí en Granada diríamos «Ni Periscope ni pollas», pero sólo es un matiz lingüístico.
Este es más o menos el contundente discurso de la madre en cuestión: «Estáis en Periscope y ha salido un tío con la p… al aire. Como te metas ahí mañana me verás. Me tienes quemadísima. Es que no puedo más. No sé dónde vamos a ir a parar con la mierda de los móviles». Ni yo tampoco, señora, ni yo tampoco.