Buenas, soy Emilio Calatayud. Me cuenta un amigo aficionado a los viajes culturales que en España ya hay monumentos que cobran un precio reducido a los estudiantes menores de 28 años y me parece una medida acertada -igual que los que no cobran nada a los desempleados- Es una medida muy realista porque la infancia actualmente llega hasta los 18 años -en algunos casos, puede que hasta más- y la adolescencia se expande hasta casi los cincuenta. En el futuro, incluso puede que deje de existir la vejez, ja, ja, ja. ¡Que proliferen los anuncios de este tipo: «Entrada con precio reducido para ‘niños’ menores de 28 años!». Además, los jueces de Menores seguiremos teniendo trabajo aunque baje la natalidad.
Bueno, en serio. La medida es buena porque se ajusta a la realidad social que tenemos. Y está bien ser realistas. Si un joven con todos los estudios del mundo pero un trabajo precario puede ahorrarse un par de euros a la hora de conocer nuestra historia, será un dinero bien empleado.