Buenas, soy Emilio Calatayud. Sigo con lo de la intimidad. Ha quedado claro que, en mi opinión, podemos romper en la intimidad de nuestros hijos menores de edad para protegerlos -no para cotillear o para fastidiar-. No es que esté bien, es que es nuestro deber. ¿Pero qué pasa con los hijos que ya han cumplido los 18 años? Pues que el tema ya se complica más. Por ejemplo, y esto también lo repito a menudo, los hijos mayores de edad pueden negarse a darnos las notas. Y si vamos al centro educativo para que nos informen, tampoco podrán hacerlo. Deben salvaguardar la intimidad de los alumnos. Pues bien, yo creo si el chico o la chica se han independizado pueden ocultarnos sus calificaciones, pero si somos nosotros los que los mantenemos, deben darnos las notas.
En cualquier caso, lo normal no es llegar a estos extremos. Afortunadamente, lo normal es que los hijos mayores de edad se comporten como adultos y nos informen de cómo les va la vida, que para eso somos una familia.