Buenas, soy Emilio Calatayud. La noticia se ha convertido en eso que llaman una serpiente de verano: una pareja ha decidido llamar Lobo a su hijo y, en un principio, ha habido un poco de resistencia por parte de la autoridad, pero al final parece que el tema se ha arreglado y el chiquillo se llamará Lobo. A mí no me parece mal. No es un nombre ofensivo. Hay niñas que se llaman Luna y algún señor al que le pusieron León. Eso sí, los padres deben asumir que puede haber cachondeo con el nombre. Por ejemplo, que sus amigos digan: «¡Que viene el Lobo!», que ya sabemos cómo son los niños. Pero tampoco pasa nada. Yo sé que hay padres que asustan a sus hijos diciendo: «¡Que viene el juez Calatayud!», ja, ja, ja. Y lo llevo bien.
Además, cuando cumpla 18 años, Lobo podrá cambiarse el nombre si quiere. De momento, que sea feliz y que tenga suerte en la vida. Por cierto, ¿le cantará su madre lo de ‘cinco lobitos’?