Buenas, soy Emilio Calatayud. No es un secreto para nadie que a diario recibo consultas y peticiones de ayudas de muchos padres. En la mayoría de los casos, no puedo hacer nada. Siempre digo que yo sólo puedo dar consejos para criar a un delincuente. Pero esta avalancha de consultas me lleva al convencimiento de que algo está fallando. No soy psicólogo ni pedagogo y no tengo las respuestas que me piden. Y lo siento. Pero estas personas sí tendrían que tener sitios a los que recurrir en asuntos sociales o donde sea.
Pero voy al grano, más de un padre o una madre me han comentado que han perdido el control sobre sus hijos a pesar de que ni siquiera han cumplido los 14 años, que es donde se sitúa la edad penal. No pueden con niños de doce o trece años. Y están desesperados. Y se sientes fracasados como padres. Te dicen cosas como: «Si me dieran a elegir entre el sufrimiento que me causa mi hijo y un cáncer, elegiría un cáncer». Es muy duro escuchar eso. ¿Qué pueden hacer? Como jurista, lo tengo claro: aunque no tengan todavía los catorce, que es cuando la ley puede tomar medidas, denuncien a sus hijos en la Fiscalía de Menores. No podrán actuar penalmente, pero sí tomar nota para lo que pueda ocurrir en el futuro e igual les pueden orientar para acudir a los servicios sociales. También digo que debe ser la última solución: antes hay que intentar otras vías: psicólogos, profesores, escuela etc. Y la otra opción es esperar a que cumplan los 14 y denunciar, y entonces sí se podrán adoptar medidas.
Aquí en Granada, por fortuna, sí tenemos un programa para menores infractores o conflictivos que aún no han cumplido los 14 años, y está funcionando bien. A ver si lo copian en toda España, que falta hace.