Buenas, soy Emilio Calatayud. Ya está aquí el puente de Halloween, antes conocido en España como el puente de Todos los Santos. Pero eso era cuando echaban por la tele, en blanco y negro y con dos canales, el Tenorio. Ahora ya no se estila. Ahora nos disfrazamos de monstruos como hacen los americanos -los trajes los hacen los chinos-. Antes, en la prehistoria, cuando yo era niño, las únicas calabazas que conocíamos eran las que te daban cuando suspendías algo, pero no eran reales sino ficticias. Anda que no me lleve yo calabazas. Las chicas también nos daban calabazas cuando no querían salir con nosotros… Y luego llegó la Ruperta, la calabaza del ‘Un, dos tres’… Y esa era toda nuestra experiencia en calabazas hasta que nos invadió Halloween. La que aparece encima de este texto la han hecho unas niñas de 1 de ESO de un instituto de Granada, Y me la han mandado para darme una ‘inrritación’ -como se dice en Graná-, porque saben que yo soy del Tenorio, ja, ja, ja.
Si ya han cambiado hasta los versos que don Juan dedicaba a doña Inés en el Tenorio:
¿No es cierto, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más pura la CALABAZA brilla
y se respira mejor?