Buenas, soy Emilio Calatayud. Tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional celebran esta semana sus festividades. Desde aquí, queremos dar las gracias a ambos cuerpos por todo lo que nos ayudan a los que trabajamos en los Juzgados de Menores. Realizan una tarea fundamental y su implicación en la prevención de las conductas delictivas entre los niños y los jóvenes es muy importante.
Y, de paso, os contaré una anécdota que me ocurrió cuando me estrené como juez en la localidad tinerfeña de Güímar. Resulta que la Guardia Civil de allí me invitó a la celebración de la fiesta del Pilar, la patrona del cuerpo, pero el cuartelillo era tan modesto que no tenían una imagen de la Virgen. Pues nada, que con una parte de uno de mis primeros sueldos les compré una ‘Pilarica’.
Por cierto, cuando llegué a mi juzgado de Güímar estábamos casi siempre sin luz porque nadie nos enviaba bombillas nuevas para sustituir a las gastadas. Total, que una vez vinieron los inspectores del Consejo General del Poder Judicial y los recibí a oscuras. A partir de ahí, no faltaron nunca las bombillas. ¡Ah, qué tiempos más ‘bonicos’!