En Sevilla, tres críos de ocho, nueve y diez años propinaron, supuestamente, una paliza a un compañero de siete. ¿Cómo es posible que se den casos de acoso escolar entre alumnos de Primaria? Pues lo cierto es que, según las estadísticas oficiales, no es un fenómeno extraño. De las más de veinte investigaciones que ha abierto la Fiscalía de Menores de Granada por este delito en lo que va de 2016, casi la mitad, nueve, han sido automáticamente archivadas porque los denunciados eran demasiado pequeños para ser juzgados. Lo cual no quiere decir que no se pueda hacer nada, advierte Rosa Guerrero, la fiscal coordinadora de Menores en la provincia. En este sentido, recuerda que los centros escolares disponen de protocolos para combatir el ‘bullying’ y han de ponerlos en marcha independientemente de la edad de los implicados.
Sacar a la luz el problema, indica la responsable del ministerio público, es el primer paso para resolverlo. La jurista es consciente de que los colegios pueden caer en la tentación, y de hecho es algo que ha sucedido, de ocultar los casos de acoso por un prurito mal entendido. «Creen que si se sabe lo que ha pasado, la fama del centro puede verse perjudicada. Además, existe la posibilidad de que el colegio se vea obligado a indemnizar a la víctima. Y hablamos de cantidades que pueden rondar los seis mil euros. Pero lo que suele ocurrir es que los casos de acoso siempre acaban por conocerse, así que es mejor afrontarlos desde el principio y comunicarlos a la Fiscalía de Menores», recomendó.