Buenas, soy Emilio Calatayud. Según mis cuentas, he juzgado ya a cerca de 17.000 menores, que se dice pronto. Pues si me piden que haga un balance diré lo que siempre digo: la mayoría no eran delincuentes. Habían cometido delitos pero no eran delincuentes. Entre esos 17.000 chavales había una treintena de asesinos o homicidas, un dato que demuestra que los casos más graves son muy pocos. Por eso no conviene apresurarse a pedir la derogación de la ley del Menor cuando se produce un hecho muy grave en el que el autor es un menor. Por lo que podido saber de algunos de los chavales a los que condené por homicidio o asesinato, una parte importante de ellos no ha vuelto a delinquir y ahora tienen un familia, trabajan…, Otra parte sí volvió a las andadas y están en la cárcel,,, Y de otros no sé qué ha sido. He visto de todo: crueldad, inocencia, disparates… Y muchas veces he sentido pena. Pero sobre todo me he reído mucho con mis ‘choricillos’. Ellos no tanto, claro. Así es imposible que me entren ganas de jubilarme.
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