Buenas, soy Emilio Calatayud. Estoy de suerte. He vuelto a ver la verdadera Navidad en Granada. Esta es la historia de tres viudas ya talluditas: la más pequeña tiene sólo 84 años. Las tres viven solas -que no en soledad, porque sus familias las visitan, etc- por decisión propia y da la casualidad de que sus pisos están en la misma planta. Como es natural, se han hecho amigas y han adquirido una serie de costumbres que demuestran que hay navidades que duran todo el año. Por ejemplo, cuando se levantan -y lo hacen muy temprano- cada una llama a la puerta de las otras para garantizarse que están bien. No hace falta que abran las puertas. Esa señal les sirve para empezar los días con tranquilidad.
Hace unos días, estas chicas de oro se juntaron para hacer palomitas y ver una película. Ahí queda eso.