Buenas, soy Emilio Calatayud. Con respecto al anterior comentario, tengo que hacer una aclaración que es de justicia, y nunca mejor dicho. Conté que me había parado por la calle un chico al que yo había condenado cuando era niño y que, cuando creció, aprobó las oposiciones de policía nacional, guardia civil y bombero. El caso es que, por error, escribí que la condena consistió en hacer una redacción de 20 folios por las dos caras. Pues no, no fueron 20, «sino ¡200!», según me ha hecho saber el propio interesado. Y por las dos caras, claro. Igual me pasé, ja, ja, ja.