Buenas, soy Emilio Calatayud. Está a punto de entregarse el premio al mejor maestro del mundo. He visto un reportaje sobre los finalistas, entre los que está el español David Calle -al que deseamos suerte, aunque gane quien gane, ganaremos todos-, y me he quedado impresionado. Han hablado de Maggie Mcdonnell, una maestra canadiense que imparte clases en el ártico, en el Polo Norte. Entre sus logros está enseñar a prevenir y a evitar los suicidios, muy habituales en zonas remotas y heladas donde la luz del sol apenas llega. Hay maestros que tienen que enfrentarse a problemas que aquí ni siquiera imaginamos. Su ejemplo debe servirnos de estímulo, a los maestros y a los que no lo somos.