Buenas, soy Emilio Calatayud. El otro día os hablamos aquí en el blog de la maestra canadiense Maggie McDonnell, que optaba al título de mejor docente del mundo por su trabajo para prevenir los suicidios de sus alumnos en una escuela del Polo Norte. Pues bien, Maggie ha obtenido ese galardón: es la mejor maestra del mundo y nos alegramos por ella y por sus alumnos. Felicidades.
Al recoger el premio, esta mujer admirable ha dicho que era un «honor» que el galardón, dotado con 930.000 euros, vaya para «los adolescentes de una comunidad que se está viendo afectada por un alto número de suicidios».
Maggie ha utilizado el arte y el deporte para prevenir los suicidios, muy habituales entre los jóvenes de una comunidad pequeña y que vive en unas condiciones durísimas. «Como profesora, cuando llego a la escuela al día siguiente de un suicidio, hay un asiento vacío en el aula, donde impera un silencio total». La suya es una lucha contra ese silencio.