Buenas, soy Emilio Calatayud. Cuando la crisis estaba pegando más duro, constatamos que había chavales que volvían a las aulas que habían dejado cuando el dinero fácil abundaba y también que había descendido el número de ‘choricillos’. Esto último, creía yo, se debía a que ya no había nada que robar, que se lo habían llevado ‘to’. Pues he de reconocer que estaba equivocado: había más dinero, pero también se lo están llevado. Y ahora me pregunto: ¿Habría habido crisis si no hubiera desaparecido tanto dinero público con la corrupción? ¿Cuántas unidades de salud mental para menores se habrían podido hacer con esos fondos, que hacen mucha falta? ¿Cuántas escuelas? ¿Cuántos maestros se habrían podido contratar? ¿Y psicólogos? ¿Y jueces y fiscales anticorrupción? Mejor no pensarlo.
De todas formas, dejemos trabajar a la justicia sin presiones.