Buenas, soy Emilio Calatayud. El otro día os hablamos de nuestros fracasos, de esos chavales que dejan pasar todas las oportunidades, cumplen los 18 años y ya no podemos hacer más por ellos. El problema de estos chicos, y puede que suene contradictorio, es que no saben qué hacer con su libertad, no saben ser libres. Me apunta ‘mi maestra’, que enseña Filosofía, que eso ya lo dijo Sartre: «Estoy condenado a ser libre». Es muy importante que los niños aprendan, en la medida de lo posible, a ser libres, que, por supuesto, no es hacer lo que a uno le dé la gana ni tener todo lo que a uno le dé la gana. La libertad puede ser una cárcel cuando solo se usa para meter la pata un día sí y al siguiente también.