Buenas, soy Emilio Calatayud. Hacía tiempo que no tenía ganas de decir lo que ahora voy a escribir. No es falsa modestia ni nada por el estilo, pero casi todo lo que sé y digo lo he aprendido escuchando a las madres y a los niños. No he inventado nada. Casi todo lo que sé de la justicia o la injusticia, (el Derecho sí lo aprendí en los libros), lo he aprendido de mis choricillos, de sus víctimas y de las madres de los unos y los otros, y me refiero a las madres porque siguen siendo ellas las que se echan a las espaldas a las familias. Cuando afirman que digo cosas con sentido común, reconozco que ese sentido común lo he aprendido de las madres y los chavales. Y a todos nos iría mejor si escuchásemos más a las madres y a los menores. Pero en España escuchamos poco a las madres y a los niños. Los políticos, por lo general, sólo se escuchan entre ellos -y a los periodistas-, los periodistas, por lo general, sólo se escuchan entre ellos -y a los políticos-, los intelectuales, por lo general, sólo se escuchan entre ellos, etc… No saben lo que se pierden.