Buenas, soy Emilio Calatayud. Mientras me preparo para asistir a la ‘fiesta fin de hipoteca’ de la que hablé ayer, os cuento que un amigo está desesperado porque le regaló un móvil al niño cuando cumplió los quince años y todavía no ha conseguido comunicarse con el chaval a través del aparato. Yo le dije que eso le pasa a todo el mundo, que los adolescentes no suelen contestar si les llaman los padres. Es una costumbre, irritante, la verdad, que tienen ellos. «Pero es que ya hace tres años que se lo compré y todavía no me lo ha cogido ni una sola vez», me respondió. No sé si será un récord, pero no está mal.
La excusa a la que recurren los chavales es que ponen el móvil en modo silencio para que nadie les moleste. Pues yo digo que la mejor manera de que nadie te moleste es no tener móvil. Así que si no nos coge cuando le llamamos, se lo quitamos y que lo pague él.
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