Buenas, soy Emilio Calatayud. Para ser juez de Menores quizá haga falta un poco más de sensibilidad que para ser juez de adultos. Y creértelo. En materia de menores es fundamental creer en la posibilidad de que el individuo cambie. Porque si no creemos en la posibilidad de que un chaval que ha metido la pata cambie, ¿en qué vamos a cree? Cuando alguien viene a nuestros juzgados es porque tiene una problema que es muy importante para él. Y un problema no es un expediente. A los juzgados llegan problemas humanos, no expedientes. Y algunos de ellos son muy serios. Y las personas lo que quieren es una solución a su problema. Esto conviene no olvidarlo nunca si se viste una toga.