Aquí os dejamos una historia real que ha ocurrido en Granada. Esperamos que os interese. Por cierto, el protagonista de esta historia tenía serios problemas con las nuevas tecnologías.
«El chico, menor de edad, llegó a casa al borde de la madrugada para coger algo de ropa y se encendió porque su madre no le había planchado un pantalón. No era la primera vez que ocurría. El chaval llevaba meses intimidando a su progenitora, pero aquella noche fue especialmente conflictiva. Ofuscado porque la prenda estaba sin planchar, el joven inició una discusión con su madre que enseguida degeneró en una catarata de insultos cada vez más gruesos. Luego comenzó a romper objetos y terminó por echar la mano al cuello a la víctima. Entonces intervino el hermano del agresor e intentó alejarlo de la mujer. Pero el menor tuvo tiempo de dar un empujón a su madre, que sufrió un fuerte golpe en la cabeza y un ataque de ansiedad.
El suceso se produjo el año pasado en la capital granadina y el muchacho fue acusado de un delito de maltrato familiar habitual y otro de lesiones. Cuando llegó el día del juicio, la Fiscalía de Menores propuso un acuerdo al encausado: si reconocía su culpa, podría beneficiarse de una pequeña rebaja en la petición de pena. El joven aceptó el pacto y no fue necesario celebrar la vista oral. En consecuencia, fue condenado a una medida de internamiento de un año de duración en un centro correccional, un tiempo durante el cual deberá someterse a terapia psicológica para superar su obsesión y dependencia de las nuevas tecnologías».