Buenas, soy Emilio Calatayud. Ya acabamos con lo del verano. Otra idea que puede funcionar para que nos relacionemos, aunque sea poco, con nuestros hijos durante las vacaciones. ‘Negociemos’ con ellos y lleguemos a pactos. Por ejemplo: «Vale, hijo, yo me subo contigo en la moto de agua y te pago el alquiler de media hora del cacharro, si tu mañana te levantas temprano (a las siete o así) y damos un paseo juntos por el campo».
Ánimo, parece difícil, pero a veces sale. Y merece la pena, aunque te tengas que tirar por el tobogán más alto del parque acuático, ja, ja, ja.