Buenas, soy Emilio Calatayud. El primer paso para solucionar un problema es reconocerlo. Y en nuestro trabajo resulta que hay muchos niños a los que les cuenta admitir que tienen problemas. Por ejemplo, a los adictos a la marihuana, la droga de la ‘paz y el amor’ que está volviendo locos a decenas de chicos… y no precisamente locos de amor. Te dicen: «¡Cómo voy a ir un centro de rehabilitación, señor juez, eso es para los drogadictos!». «Es que eres un drogadicto».
Pero es que a los padres también les cuesta reconocer que su hijo, vaya usted a saber cómo, se ha convertido en un delincuente. Vienen y te dicen: «Don Emilio, ¡cómo va a encerrar a mi hijo en un reformatorio, eso es para delincuentes y gente de mal vivir!» Y, claro, debes darle un baño de realidad: «Es que su niño es un delincuente y lleva una mala vida».