Buenas, soy Emilio Calatayud. La imagen que acompaña a este comentario son de los exámenes del primer chaval al que condené a leer y escribir, y que aprobó, por lo que cumplió la pena impuesta. Detrás de esas sumas y esas pocas letras, hay mucho esfuerzo y una esperanza para el futuro. Espero que le haya ido bien. Nosotros no nos olvidamos de él, porque es que era totalmente analfabeto y conseguimos que dejara de serlo. La cuartilla que aparece en el medio es la diligencia judicial que daba fe de lo ocurrido. Su autora es Charo Córdoba, la secretaria -ahora se llaman letrados de la administración de justicia- con la que hemos tenido la suerte de trabajar durante los últimos 27 años y que ahora ha decidido emprender una nueva fase en su carrera profesional. Gracias, Charo. Mucha suerte. Fue ella, la que, a la hora de hacer la mudanza de su despacho, encontró el los documentos históricos del primer chaval al que obligamos a aprender a leer y escribir ‘por lo criminal’. Si no llega a ser por Charo, igual se habrían perdido. De parte de todo el personal de Menores, gracias otra vez, amiga.