Buenas, soy Emilio Calatayud. Siguiendo con el tema del uso abusivo de los teléfonos móviles, se me ocurren algunas preguntas que parecen demagógicas y hasta puede que lo sean: ¿Alguien se dejaría juzgar por un tribunal cuyos miembros estuvieran ‘tuiteando’ o ‘guasapeando’ con sus móviles? Yo no. Y si vamos al centro de salud porque nos duele la barriga, ¿qué pensaríamos si el médico de cabecera nos recibiera ensimismado en su teléfono? ¿Y si entramos en un quirófano y los cirujanos estuvieran intercambiando vídeos a través de los móviles? ¿Nos dejaríamos anestesiar o saldríamos corriendo? Sentido común. Vamos a estar a lo que hay que estar.