Buenas, soy Emilio Calatayud. Lo digo siempre: los niños son niños, pero no son tontos. Se dan cuenta de lo que sucede a su alrededor y sacan conclusiones que a veces te desarman, te dejan sin argumentos y se te cae la toga al suelo. «Juez, a mí me condena por robar bicicletas pero hay señores importantes que han robado más y están sueltos», me han comentado algunos de ellos.
Es evidente que tengo toda la autoridad legal para condenar a esos choricillos. Pero la pregunta es otra: ¿Tengo autoridad moral para encerrar a un niño ‘robagallinas’ cuando hay adultos que se saltan las leyes todos los días o han sido condenados por delitos graves y no están encerrados?
¿Cómo vamos a poner límites, corregir o castigar a los niños si no lo hacemos con algunos adultos?