Una joven condenada por tráfico de marihuana en Granada va a comprobar, por orden de la justicia, los daños que causa la adicción a esa droga. Entre los contenidos de los 16 meses libertad vigilada, que fue la medida que le impuso el juez, hay uno que destaca sobre los demás: la chica está obligada a acudir a centros de rehabilitación de toxicómanos para comprobar los daños que causa el consumo de marihuana, sobre todo, entre los jóvenes.
Es el final de una historia que comenzó en 2014. Por aquel entonces, la chica tenía 16 años y fue detenida en una vivienda de una localidad cercana a la capital granadina en la que había una plantación doméstica de 151 arbustos de marihuana.
La comunidad científica considera ya una evidencia que el consumo de cannabis en la adolescencia puede desencadenar enfermedades mentales graves, caso de la esquizofrenia. La droga precipitaría las crisis y haría emerger patologías que estaban latentes y que, de no ser por la marihuana, quizá nunca aflorarían.