Hola, soy Carlos Morán. Acabamos de salir del mano a mano entre don Emilio y el periodista barcelonés Jaume Vives, el ‘líder’ de la ‘Contrarrevolución de las sonrisas’ que se enfrenta con humor al movimiento independentista catalán. Ha sido una velada intensa, porque Jaume ha dedicado la mayor parte de su intervención a contar el drama de los cristianos que son perseguidos por el Estado Islámico en Irak o El Líbano, una tragedia que conoce bien porque ha viajado allí en dos ocasiones para realizar un documental que ahora mismo está exhibiendo por toda España.
Al narrar la terrible odisea de los cristianos en Oriente Medio, ha conseguido que el problema catalán pasase a un segundo plano. Lo de aquí, aunque estemos todo el día con la matraca, es una minucia con lo que sucede allí. Está bien aterrizar y ver las cosas con perspectiva.
Lo cual no quiere decir que no haya hablado de Cataluña. En este sentido, le han preguntado si la crisis política está deteriorando las relaciones familiares y de amistad entre los catalanes. Jaume ha admitido que algo de eso hay, pero también ha dicho que él no ha tenido problemas por la división entre independentistas y no independentistas. Su secreto. «Yo respeto a las personas, pero no todas las ideas. Hay quien dice que todas las ideas merecen respeto, pero yo no lo comparto. Combato las ideas que creo equivocadas, no las respeto, pero sí a las personas». Y siempre con el humor por delante. En su opinión, es la mejor forma de disolver el odio. Y algo debe saber de eso, porque lo que empezó como una especie de locura, por ejemplo, hacer sonar a todo trapo el himno de la Guardia Civil desde el balcón de su piso de Barcelona, acabó haciendo reír a miles de personas, también algunos ‘indepes’.