Escucho que un estudio ha ‘medido’ que sólo un 6% de los jóvenes usan los móviles para hacer llamadas o recibirlas. Tengo que reconocer que el dato me ha sorprendido: yo creía que ningún chaval usaba ya el teléfono para hablar por teléfono. De hecho, la palabra teléfono, tal y como la entendíamos hasta hace poco, ya no tiene sentido. El teléfono ha muerto. Descanse en paz. Los adolescentes ni siquiera se descargan las aplicaciones que les permiten hacer llamadas gratuitas. ¿’Pa’ qué?, te dicen.
Me intriga el 6% que todavía utiliza el móvil para llamar: seguro que es para pedirles a sus padres que vayan a buscarles a algún sitio o que les den dinero. Vamos, las urgencias de verdad y no las chorradas por las que nos preocupamos los antiguos.