Buenas, soy Emilio Calatayud. Cuando un hijo adolescente convierte el hogar familiar en un infierno no es un problema de hormonas que se le pasará cuando se haga adulto. No es la edad del pavo. Es un delito y hay que denunciarlo. Ya sé que es fácil decirlo, pero cuando se han traspasado todos los límites y el niño, o la niña, porque aquí no hay diferencia entre los sexos, se convierten en los sheriffs de la casa, hay que ir a la Fiscalía de Menores y denunciarlo. La solución, y yo eso lo he visto, no es blindar las puertas del dormitorio para protegerse del niño o la niña.
Si lo denunciáis, lo más probable es que, con el paso del tiempo, os dé las gracias, Es lo que pasa en la mayoría de los casos.
Hablo de este tema porque suelen escribirme padres que están pasando por este trance tan complicado. Lo llevan como pueden. Tienen miedo a su hijo y a la vez se siente culpables por ello. Pero las cosas ya no son como hace diez años, cuando empezaron a aflorar los primeros casos. Ahora se tiene más experiencia y los resultados son satisfactorios. Pero no son las hormonas, no….