Buenas soy Emilio Calatayud. Como muchos de vosotros ya sabréis, soy católico, apostólico y romano, igual que hay quien es sintoísta, musulmán o ateo. Pues como católico, apostólico y romano me dispongo a celebrar la fiesta de la Navidad, que no es otra cosa que la conmemoración del nacimiento de Jesucristo. O sea, que es una celebración cristiana. Con motivo de ello, las ciudades, edificios y supermercados se engalanan con luces y adornos muy vistosos. Pues de un tiempo a esta parte, vengo observando que esas luces y adornos son cada vez más modernos, pero también menos navideños. Cuadros, rombos, círculos, esferas, triángulos… No sé, pero parece que nos da vergüenza reconocer que lo que se celebra en Navidad es el nacimiento de Jesucristo. A este paso, los niños acabarán preguntándose quiénes fueron los Reyes Magos y el niño Jesús.