Buenas, soy Emilio Calatayud. Leo que el Ayuntamiento de Málaga ha impuesto sendas multas de 12.001 euros, que no está mal, a dos colegios por el ruido que hacen los niños al jugar a baloncesto. Se cuenta y no se cree. He aquí una muestra de falta de sentido común. Los patios de los colegios están para que los niños jueguen. Al menos eso era lo que yo creía hasta ahora. Pero se ve que hay quien piensa que no es así. Un patio de colegio no puede ser un convento en el que existe el voto de silencio. En un tiempo en que nos quejamos de que los niños no se mueven porque están todo el rato pendientes de sus móviles, multamos a los que se mueven. En la urbanización en la que vivo estamos pensando en poner un cartel que diga: ‘Aquí se puede jugar a la pelota’, porque echamos de menos los gritos y las risas de los niños. Todo eso se está perdiendo. Los de mi quinta nos pasábamos el día en la calle y ahora tenemos que echar a los niños de casa para que tomen el aire. Seguro que ahora nos dicen, ‘no papá, no puedo salir a la calle a jugar porque me multan’.
Como decíamos, la normas están para cumplirlas pero también para interpretarlas.